No tengo
tiempo
No
tengo tiempo para esperar,
pasó
a mi vera la primavera
y
yo le dije: si has de tornar…
podré
contarte todas mis penas.
Pasa
tan rápido, hasta el olvido
arrastra
leve esa inconsciencia,
aquel
que borra lo que ha perdido
va
conformando la gris existencia.
No
tengo tiempo, la pluma airosa
va
desgranando estos dietarios
con
honda pena que me rebosa.
Baldío
el sino de los poemarios
porque
retratan lo que se esboza
cuentas
que rezo, de mi rosario.
Retazos
Es
la vida en su violencia
quien le llena de consuelo
y es la noche en el desvelo
quien desata su ilusión...
de aquel, que sintiendo amor
dice con queja: ¡te quiero!.
Es la lluvia cadenciosa
y fría del triste noviembre
la que nos arrulla y duerme
en un pasado mejor...
Y, es el rojo color
de los claveles en mayo
lo que inflama cuanto humano
llevamos en el interior.
Es tu boca dulce-amarga
como fruta sorprendida,
después de darte la vida
sabes darte tú mejor,
como aroma de la flor
que queda al ser herida.
Y, es este corazón mío
sufridor por tus desdenes
que pesas, mides, sostienes
orgullosa sinrazón...
tierno si junto a mí vienes,
mustio sino das tu amor.
Contemplación
Sedienta
la tarde hasta el firmamento
extiende
sus gasas, nubarrón incierto,
luces,
luces blancas se pierden, lamentos
difunden
los árboles al correr del cierzo.
Cae
una lluvia fina sobre el riachuelo
desprende
la tierra olores camperos:
romero,
tomillo lavanda y espliegos…
el
rebaño empuja su vuelta al chiquero.
La
neblina baja tras de los almendros
buscando
refugio y en los pueblos viejos
hay duendes saltando tupidos repechos.
Sedienta
la tarde, se moja a lo lejos,
da
paso a una noche con tiras de helecho
y
la luna llena, se agranda en su espejo.
Junto a
ti
Ver
amanecer espero
junto
a tu sonrisa,
tierna
la mirada…
Playas
de dorada arena,
se
borran las huellas
al
pisar, tempranas…
Barco
de silueta oscura
que
cruza a lo lejos
la
línea azulada...
Nada
se pierde, es tu tiempo
y
esconde el momento
la
retina ufana…
¡Qué
rápida pasa la vida
si
amanece y gira
junto
a tu ventana!.
Los pájaros
Cada
cual canta lo que le duele…
somos
pájaros locos que amaneciendo
planearán
las alas dando mil vueltas,
festividad
alterada, graznando al viento.
No
chocan entre sí ¿pero a qué viene
tanto
vuelo rasante, molesto ruido?...
borrachera
de giros que ha de quebrarse,
amotinado
trance causa dolor de oídos.
Nos
pasamos la vida contando historias,
Cada
cual cantará según le ha ido…
y
daremos giros como pájaros locos,
revolotean
buscando comida y nido.
Inquietud
del humano ojeando a lo lejos
como
aletean los demás en su empeño,
si
es ya viejo, no sale, tiene el ala cortada
si es joven se anima a realizar sus sueños.
Acabamos
doblando como el pájaro, el pico
tanto
vuelo rasante terminará sin guía…
esos
cantos que cuentan lo que no hallaste
volverán
a cantarlos otros, en otros días…
Carmen
Barrios Rull