martes, 21 de enero de 2014

He recibido unos libros del Ayuntamiento de Arbo (Pontevedra), donde incluyen estos poemas míos





No tengo tiempo




No tengo tiempo para esperar,
pasó a mi vera la primavera
y yo le dije: si has de tornar…
podré contarte todas mis penas.

Pasa tan rápido, hasta el olvido
arrastra leve esa inconsciencia,
aquel que borra lo que ha perdido
va conformando la gris existencia.

No tengo tiempo, la pluma airosa
va desgranando estos dietarios
con honda pena que me rebosa.

Baldío el sino de los poemarios
porque retratan lo que se esboza
cuentas que rezo, de mi rosario.




Retazos




Es  la vida en su violencia
quien le llena de consuelo
y es la noche en el desvelo
quien desata su ilusión...
de aquel, que sintiendo amor
dice con queja: ¡te quiero!.

Es la lluvia cadenciosa
y fría del triste noviembre
la que nos arrulla y duerme
en un pasado mejor...
Y, es el rojo color
de los claveles en mayo
lo que inflama cuanto humano
llevamos en el interior.

Es tu boca dulce-amarga
como fruta sorprendida,
después de darte la vida
sabes darte tú mejor,
como aroma de la flor
que queda al ser herida.

Y, es este corazón mío
sufridor por tus desdenes
que pesas, mides, sostienes
orgullosa sinrazón...
tierno si junto a mí vienes,
mustio sino das tu amor.



Contemplación




Sedienta la tarde hasta el firmamento
extiende sus gasas, nubarrón incierto,
luces, luces blancas se pierden, lamentos
difunden los árboles al correr del cierzo.

Cae una lluvia fina sobre el riachuelo
desprende la tierra olores camperos:
romero, tomillo lavanda y espliegos…
el rebaño empuja su vuelta al chiquero.

La neblina baja tras de los almendros
buscando refugio y en los pueblos viejos
 hay duendes saltando tupidos repechos.

Sedienta la tarde, se moja a lo lejos,
da paso a una noche con tiras de helecho
y la luna llena, se agranda en su espejo.






Junto a ti



Ver amanecer espero
junto a tu sonrisa,
tierna la mirada…

Playas de dorada arena,
se borran las huellas
al pisar, tempranas…

Barco de silueta oscura
que cruza a lo lejos
la línea azulada...

Nada se pierde, es tu tiempo
y esconde el momento
la retina ufana…

¡Qué rápida pasa la vida
si amanece y gira
junto a tu ventana!.




Los pájaros





Cada cual canta lo que le duele…
 somos pájaros locos que amaneciendo
planearán las alas dando mil vueltas,
festividad alterada, graznando al viento.
No chocan entre sí ¿pero a qué viene
tanto vuelo rasante, molesto ruido?...
borrachera de giros que ha de quebrarse,
amotinado trance causa dolor de oídos.
Nos pasamos la vida contando historias,
Cada cual cantará según le ha ido…
y daremos giros como pájaros locos,
revolotean buscando comida y nido.
Inquietud del humano ojeando a lo lejos
como aletean los demás en su empeño,
si es ya viejo, no sale, tiene el ala cortada
 si es joven se anima a realizar sus sueños.
Acabamos doblando como el pájaro, el pico
tanto vuelo rasante terminará sin guía…
esos cantos que cuentan lo que no hallaste
volverán a cantarlos otros, en otros días…


Carmen Barrios Rull

martes, 7 de enero de 2014

A subir la cuesta....

Hoy he hecho este sonetillo...




Siete de enero



Me gusta el siete de enero

me anima la dura cuesta,

la costumbre de la fiesta

podrás querer, yo no quiero.



De ésta, ya nada espero

mi voluntad manifiesta,

es dormir sin esta orquesta

de tan ruidoso aguacero.



Cuán duro es este vivir

este arrastre de los días,

cuánto me cuesta sufrir.



Tan fiera melancolía
te tengo que transcribir
al cabo, con sangre fría.



C. Barrios Rull


Pasaron las fiestas




  

Aquella



Aquella era yo,
aquella era
un nuevo brote
de fresca flor
en primavera.

Pero se desvaneció
como nube flotante,
solo quedó la foto
solo el instante.

Y vuelvo a mirar
la cartulina,
aquella que era yo
también me mira.